«14 Entonces volvieron a llorar juntas y Orfa se despidió de su suegra con un beso, pero Rut se aferró con firmeza a Noemí. 15 —Mira—le dijo Noemí—, tu cuñada regresó a su pueblo y a sus dioses. Tú deberías hacer lo mismo. 16 Pero Rut respondió: —No me pidas que te deje y regrese a mi pueblo. A donde tú vayas, yo iré; dondequiera que tú vivas, yo viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios. 17 Donde tú mueras, allí moriré y allí me enterrarán. ¡Que el Señor me castigue severamente si permito que algo nos separe, aparte de la muerte! 18 Cuando Noemí vio que Rut estaba decidida a irse con ella, no insistió más.» Rut 1:14-18
Rut se había determinado a seguir aquello que halló bueno, se habían abierto sus ojos a eso diferente que en su pueblo de origen no había encontrado.
La situación se había complicado y al igual que Noemi y Orfa, Rut había quedado viuda y en la historia se puede apreciar que aún era joven con posibilidad de volver a su tierra a sus costumbres, volver a lo de antes, quizás empezar de nuevo o seguir con lo que ya conocía, pero NO!!!
Una sabia elección cambiaría su vida. En el tiempo que vivió con su esposo y compartía con la familia de él, conoció, escuchó del Dios verdadero y ahora elegia que Dios sería su Dios. Así emprendía el viaje con su suegra, a tierras donde se escuchaba que Jehová Dios había visitado para darles pan.
En esta historia podemos ver que fue tal la determinación de Rut, el esfuerzo en ser parte de ese pueblo, la certeza que hallaría gracia y fue así!!
El mensaje de esta semana nos anima a que cuando pasemos momentos difíciles y donde lo más fácil sea tomar decisiones sin Dios, apartados de Él, y que no nos edifican, nos propongamos no volver atrás, ni tomar otros caminos, que nos lleven a la vieja vida, al viejo hombre, a las viejas prácticas pecaminosas, costumbres, ídolos falsos, al pasado.
En su palabra Juan 14:6 sabemos que Jesús siempre será el camino. Quizás tengamos situaciones en las que no sabremos que hacer, donde ir, donde la mente se ponga confusa, donde se torne difícil y es por ello que debemos meditar en Él, en su palabra, que sean momentos de buscarlo más, de más intimidad.
Él nos guiará y estaremos seguros, aunque vengan tiempos difíciles, Él da la salida, la victoria, la provisión, la paz, el consuelo, su gracia.
«Amado Señor gracias por el privilegio de conocerte, gracias porque una vez escuchamos de vos y eso cambió nuestras vidas y no hay nada que se compare a tu gracia, tu misericordia y perdón, gracias por esa vida eterna en los cielos que preparas para nosotros tus hijos. Ayúdanos a elegirte y hacer tu voluntad cada día, aumenta el amor en nosotros hacia vos y a los que nos rodean, que podamos conocerte cada vez más y no apartarnos de ti. Amén!!»