“Discípulos”
La primera carta a Timoteo es una carta de formación. Un mensaje directo y personal de Pablo a su hijo espiritual, para ayudarlo a liderar con madurez, doctrina sana y una vida ejemplar. Es un llamado a ser un verdadero discípulo de Cristo, y a formar a otros con el mismo corazón.
En tiempos de confusión, falsa enseñanza y presión cultural, Pablo le recuerda a Timoteo que un discípulo no solo conoce la verdad, sino que vive conforme a ella. La fe no es solo para ser creída, es para ser modelada, enseñada y multiplicada.
En este estudio vamos a aprender:
- Qué significa ser un verdadero discípulo en medio de una generación difícil.
- Cómo vivir con integridad, fe y firmeza doctrinal.
- Cuál es la responsabilidad de los líderes y formadores espirituales.
- Cómo sostener una iglesia saludable en base al carácter, no solo al conocimiento.
La carta está llena de principios prácticos para el liderazgo, la vida cristiana, la adoración y la familia de la fe. Pero más allá de las instrucciones, el centro de todo es Cristo: el Salvador, el mediador, el que vino al mundo a salvar a los pecadores.
¿El propósito? Que cada creyente abrace su llamado como discípulo: formado por la Palabra, guiado por el Espíritu y comprometido con el propósito eterno de Dios.